Hace cosa de un año tuve una conversación.
Bueno, tuve más, pero quiero hablarte de una en particular:
Fue con una instructora que tenía un centro de Pilates y una sala extra que no conseguía llenar.
Y quería hacer algo para tener el aforo completo. Entonces, tras unas breves preguntas para entender su negocio, le esbocé una estrategia.
Le sonó bastante. Tenía sentido. Podía funcionar. Y los números cuadraban.
Vamos, que aunque solo llenara la mitad del aforo la mitad de horas que tenía pensado, ya aumentaba su facturación un 15 o 20%. Nada mal.
Hasta que me preguntó por la tarifa por implementar la estrategia y redactar los contenidos que hacían falta. Y ahí es cuando me dijo:
«Es demasiado caro. No me lo puedo permitir, y menos ahora, que acabo de invertir 34.000 € en comprar 20 máquinas para la sala que tengo vacía.»
Ahí acabó nuestra conversación.
Desconozco si ya ha conseguido llenar esa sala o si sus aparatos están cogiendo polvo esperando a que alguien los utilice.
Si lo piensas, es como el cuento de la lechera. Pero con máquinas de Pilates en lugar de cántaros.
Primero compro las máquinas y luego ya veo cómo consigo que venga la gente a usarlas.
Yo no tengo ni idea de Pilates. No sé si la única forma de hacer Pilates es con máquinas o si puedes hacerlo con una simple esterilla. Yo soy de jugar a deportes de pueblo, como el frontón.
Pero sí sé que gastarte un dineral en material que nadie va a usar es una mala idea.
Tal vez gastarse 3.000 pavos en esterillas premium que emiten ozono. Y luego pagar una buena pasta a alguien que me consiga alumnos.
Y luego, si eso, las máquinas que tanto quiero.
Pero, claro, yo no tengo una academia de Pilates.
Lo que sí que tengo es una lista de espera. Es para quienes quieren quieren conseguir más pacientes privados. Tanto si tienen una web, como si no:
https://copywritingmedico.com/lista-espera/
¿Es barato? Pues hombre, más que comprar el último aparatito para tu consulta y esperar a que luego acudan mágicamente los pacientes, sí.
Pero que si tú eres más del cuento de la lechera, nada que objetar.
Que tengas un gran día.
Bueno, tuve más, pero quiero hablarte de una en particular:
Fue con una instructora que tenía un centro de Pilates y una sala extra que no conseguía llenar.
Y quería hacer algo para tener el aforo completo. Entonces, tras unas breves preguntas para entender su negocio, le esbocé una estrategia.
Le sonó bastante. Tenía sentido. Podía funcionar. Y los números cuadraban.
Vamos, que aunque solo llenara la mitad del aforo la mitad de horas que tenía pensado, ya aumentaba su facturación un 15 o 20%. Nada mal.
Hasta que me preguntó por la tarifa por implementar la estrategia y redactar los contenidos que hacían falta. Y ahí es cuando me dijo:
«Es demasiado caro. No me lo puedo permitir, y menos ahora, que acabo de invertir 34.000 € en comprar 20 máquinas para la sala que tengo vacía.»
Ahí acabó nuestra conversación.
Desconozco si ya ha conseguido llenar esa sala o si sus aparatos están cogiendo polvo esperando a que alguien los utilice.
Si lo piensas, es como el cuento de la lechera. Pero con máquinas de Pilates en lugar de cántaros.
Primero compro las máquinas y luego ya veo cómo consigo que venga la gente a usarlas.
Yo no tengo ni idea de Pilates. No sé si la única forma de hacer Pilates es con máquinas o si puedes hacerlo con una simple esterilla. Yo soy de jugar a deportes de pueblo, como el frontón.
Pero sí sé que gastarte un dineral en material que nadie va a usar es una mala idea.
Tal vez gastarse 3.000 pavos en esterillas premium que emiten ozono. Y luego pagar una buena pasta a alguien que me consiga alumnos.
Y luego, si eso, las máquinas que tanto quiero.
Pero, claro, yo no tengo una academia de Pilates.
Lo que sí que tengo es una lista de espera. Es para quienes quieren quieren conseguir más pacientes privados. Tanto si tienen una web, como si no:
https://copywritingmedico.com/lista-espera/
¿Es barato? Pues hombre, más que comprar el último aparatito para tu consulta y esperar a que luego acudan mágicamente los pacientes, sí.
Pero que si tú eres más del cuento de la lechera, nada que objetar.
Que tengas un gran día.
Javi «Pilates del Caribe» Vicente.
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